Afghanistán, tesoros redescubiertos

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El museo Guimet de París expone las riquezas arqueológicas salvadas de la rapiña soviética y la ira talibán.En 1978, un año antes de la invasión soviética de Afganistán, el arqueólogo Viktor Sarianidi descubre por casualidad en la frontera norte del país un esqueleto femenino recubierto con objetos de oro. Las excavaciones dirigidas por este científico, oriundo de Uzbekistán, permiten exhumar otras cinco tumbas intactas de príncipes nómadas que vivieron en el siglo I de nuestra era. Las piezas más rutilantes de este extraordinario tesoro, salvado de la rapiña soviética y la ira iconoclasta talibán, son exhibidas por primera vez al público en París por el Museo de Artes Asiáticas Guimet en una exposición programada hasta el 30 de abril.

La historia de la necrópolis de Tillia-Tepe (’Colina de Oro’), último gran hallazgo arqueológico antes de que Afganistán cayera en el caos, es digna de una novela de aventuras. En 1979, ante la degradación del clima político, el tesoro formado por 21.618 piezas de las que 20.478 son de oro fue trasladado bajo escolta militar hasta el museo de Kabul donde permaneció una decena de años.

En 1988, con el país al borde de la guerra civil entre comunistas y rebeldes, el presidente prosoviético Mohamed Najibulá ordenó encerrar las piezas más valiosas en una caja fuerte del Banco Central, en los sótanos del antiguo palacio real de Arg. Para reforzar la seguridad confió las siete llaves que abrían la puerta de la cámara acorazada a siete personas diferentes, conforme a la tradición afgana.

Los comunistas, primero, y luego los talibanes intentaron en vano forzar los cerrojos de los cofres pero no pudieron impedir la propagación de todo tipo de rumores. Se creía que el tesoro bajo siete llaves había sido robado y transportado a lomo de mula hasta las cavernas de Panchir para negociarlo con mayor libertad. Se pensó que Bin Laden lo había sacado del país para financiar Al Qaeda con el producto de la venta. Y muchos estaban convencidos de que había seguido el camino del oro de Moscú y llevaba tiempo escondido en el Kremlin.

En 2002, tras el derrocamiento del régimen talibán, se comenzó a a rumorear que las colecciones del museo de Kabul no habían sido totalmente saqueadas o expoliadas en los pillajes de los años noventa. En 2003 el presidente Amir Karzai, entonces jefe del Gobierno interino instalado por una coalición occidental, localizó las siete llaves meses después de llegar al poder. En junio de 2004 tuvo lugar la reapertura solemne de los cofres y arrancó el inventario de las obras recobradas, así como la restauración de las deterioradas por tanto trajín.

En París, el tesoro de la ’Colina de Oro’ se expone junto a frutos procedentes de otros tres yacimientos -Fullol, Ai-Khanoum y Begram- que abarcan vestigios desde el siglo IV antes de nuestra era hasta el siglo III. Completan una selección de 220 coronas, brazaletes, pendientes, platos, jarrones, estatuillas, bajorrelieves, anillos y otras piezas diversas que testimonian las múltiples influencias culturales (iraníes, indias, escitas, chinas y helenísticas) de la riqueza patrimonial de un país fecundado por la aportación de las grandes civilizaciones, en la encrucijada del Asia central con las rutas de la seda y las estepas. Una parte de los siete euros que cuesta la entrada se destina a financiar las obras de reconstrucción del museo de Kabul.

PROGRAMA

Exposición: ’Afganistán, tesoros redescubiertos’.

Dónde: Museo Guimet de Artes Asiáticas, en París.

Cuándo: Hasta el 30 de abril.

Contenido: 200 piezas, entre la Edad de Bronce y el imperio Kushan.

Abierto: Todos los días, menos los martes.

Entrada: 7 euros.

Fuente: FERNANDO ITURRIBARRÍA, París / El Correo Digital, 5 de febrero de 2007
Enlace: http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/
prensa/20070205/sociedad/joyas-kabul_20070205.html

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